imatge04.jpg

El fraile mallorquín Junípero Serra fue el primer viticultor californiano

Mallorca conmemora los 300 años del nacimiento del religioso, el único español con estatua en el Capitolio de Washington, con una ruta enogastronómica

MAITANE MORENO | Palma   06-06-2013

Mallorca celebra con una ruta enogastronómica los 300 años del nacimiento de Junípero Serra, el fraile mallorquín que fundó las misiones de Los Ángeles, San Francisco y San Diego y que es, en gran medida, el culpable de las grandes hectáreas de viñedos de la actual California.

En su viaje evangelizador, primero por México y después por la costa suroeste de Norteamérica, el fraile franciscano impulsó la introducción de productos y cultivos mallorquines tradicionales en las misiones de California.

Junípero Serra exportó la almendra, el olivo, los cítricos, los higos y la vid; semillas desconocidas para los indígenas, en el siglo XVIII, que el mallorquín iba sembrando en cada misión.

 

El director de la Escuela de Hotelería de Baleares, JosÉ Luis Mateo, subraya la influencia del fraile de Petra en la construcción de EE UU. De hecho es el único español con una estatua en el Capitolio de Washington.

Para conmemorar los tres siglos que han pasado desde su nacimiento y, también, su influencia en los cultivos californianos, Mallorca celebra una ruta enogastronómica. Colaboran un total de 27 establecimientos: puntos agroturísticos, restaurantes, panaderías y tiendas repartidas por pueblos del interior de Mallorca como Petra, Sineu, Porreres, Sencelles, Montuïri o Palma. Paisajes mallorquines sembrados de olivos y viñedos que, lejos de la postal clásica del sol y playa, buscan seducir al turista por el paladar.

La ruta enogastronómica se completa con un menú actualizado de los platos que Junípero Serra degustaba en la Mallorca del XVIII: pichón de caza, una ese mallorquina (embrión de la ensaimada) y pa de xeixa, una tostada creada con un trigo endémico de la isla muy valorado en la cocina actual.

Junípero Serra nunca regresó a Mallorca. Sus restos yacen en Monterrey, un pueblo californiano del que fue alcalde Clint Eastwood.